Holly Martins o cuando la realidad supera la ficción: el héroe vulnerable en el "mundo cambiado" de "The Third Man"
Enrique Fuster
Holly Martins es el nombre del protagonista de la película de Graham Greene "The Third Man". Es el escritorzuelo de westerns que, respondiendo a la llamada de su amigo Harry Lime, acude a la destruida Viena de la posguerra y cuando llega se encuentra que su amigo ha muerto y están enterrándolo en ese mismo momento. Por si fuera poco, Martins se entera ese mismo día de otra cosa que lo desconcierta aún más: la policía perseguía a su amigo porque estaban convencidos de que lideraba un racket de penicilina adulterada. Como uno de los personajes de sus novelas, Martins decide buscar la justicia por su mano y, actuando al margen de la ley, restablecer la honra de su viejo amigo. Pronto se dará cuenta de que el mundo de valores trastocados en que se halla inmerso es mucho más complicado que la realidad diáfana de sus novelas. Aquí la tonalidad no es blanca o negra, sino gris. En este mundo complicado y confuso Martins perderá su ingenuidad y, al final, en un duelo que tampoco tiene nada que ver con los duelos de sus westerns, acabará matando a su amigo. Al igual que otros protagonistas de las historias de Greene, el valor predominante en Martins es la compasión, pero una compasión que no es virtud sino defecto, y que le lleva a tomar no pocas veces la decisión equivocada desde el punto de vista ético.